Aseos (SOLO CHICAS)

De momento, Volver a la habitación... Me estoy quedando helada... Una noche más en cama... pensé. Cogí la ropa mojada y salí en pijama hacia la habitación.

Llegué a los lavabos y cerré la puerta con pestillo.
-Inútiles... -grité.

Esa situación ya me estaba poniendo dolor de cabeza. Me senté en el suelo, abracé mis piernas y oculté mi rostro entre ellas, derramando una lágrima por mi mejilla.
-¡No!

Cerré los ojos con fuerza y no contesté.

No le contesté, me limité a llorar en silencio.

Me sequé mis lágrimas y se me irritaron los ojos.
-No me pasa nada, solo quiero irme de este colegio...

-Porque... Desde que llegué aquí todo me ha ido mal... -sonreí sin ganas, pero enseguida se desvaneció aquella sonrisa- Ojalá tuviera una vida humana, ya estaría muerta, junto con mis padres.

Negué con la cabeza.
-No tengo hermano, si tener hermano significa que me quiera, entonces no tengo. Porque él piensa que no lo necesito. Pues genial. Entonces me voy de aquí y seguiré siendo la misma de antes de entrar a este colegio... Y quién sabe... Tal vez podría encontrar a alguien que me... destruyera -tragué saliba- para poder encontrarme con mis seres queridos... Pero yo... No quiero estar aquí. Desde que entré mi vida ha dado un giro de 180 grados... Y mírame ahora. Edward está de un cabezota que lo flipas, Lòriene quiere que la mate, Tora es caso aparte, estoy enfadada con Zyann, Cath ya encontró a su pareja ideal y su mejor amiga es Zyann, Evan... Está muy ausente... No lo sé... Yo soy la única infeliz del colegio.

Bajé mi mirada al suelo. Y comencé a reir por no llorar, que al mismo tiempo... Era lo que en realidad hacía, derramar lágrimas mientras me escondía tras una falsa risa.
-No, Noah. No me entiendes. A todos vosotros os iría bien la vida sin mi. Y no me lo niegues, porque es cierto. Yo no pinto nada aquí. Solo soy una más. Y si hubiera sabido que todo esto acabaría así, no habría venido. Y es lo que quiero hacer exactamente ahora. Irme. Y aunque no me des el permiso, te juro que a la mínima que no mires y que eso se me pase por la cabeza, cruzaré el portón del internado y volveré a Chicago. En serio, a veces pienso que no me vendría nada mal meterme en un manicomio. Por ser tan depresiva y sentirme tan poco querida. Y no me pidas que sonría, cuando mi interior pide a gritos tirarme por la azotea o hacerme daño a mi misma, o simplemente a llorar... Es muy dificil fingir un estado en el que no estás. En cuanto a hacer cara a mis problemas, siempre que lo he hecho, las cosas han mejorado, pero fue cruzar esas puertas, entrar aquí y todo acaba mal. Todo... Todo... Todo... Todo... -comencé a repetir volviendo a llorar. Hundí mi cabeza en su hombro, mojándole sus ropas de lágrimas...

-¡No Noah! -sollocé- Tú no tienes por qué meterte en mis asuntos. Si yo quiero acabar con mi vida, irme de este colegio o lo que sea, no tienes que hacer nada por evitarlo. Porque entonces la desdichada serás tú y no yo. Bueno, tal vez lo seamos las dos. Por eso mismo.
Di una breve pausa y respiré hondo.
-Tal vez lo más adecuado sea eso. Sí. Dejar este colegio. Verte en verano... Pero... Yo no puedo quedarme aquí, Noah. Yo no soy así. Yo no me suelo deprimir tanto. No suelo estar tan preocupada, tantas veces a la semana... Yo siempre he sido alegre y feliz, como lo he sido cuando he bebido alcohol. Siempre he estado contenta y no he tenido casi ningún problema. Puede que de vez en cuando me pusiera triste, pero eso era un par de veces cada año... Yo... He cambiado mucho en este colegio. Mi vida se ha ido al traste... Es como si estuviera volviendo a vivir aquella época, cuando mis padres murieron y Edward estaba también en ese peligro. Yo... No puedo soportar este tipo de vida, Noah. Necesito alguna solución... Pero... Yo no quiero llevar una vida así, porque para eso, no vivo. Es así de simple.

Hice una mueca.
-Pues yo pienso todo lo contrario. Esto no tendrá una buena solución. Noah... Sé que tal vez te parecerá extraño pero... -di una pausa- ¿Podría pasar la noche contigo en tu despacho, en el sofá o en el suelo...? Donde sea... Pero no quiero acercarme a ninguna habitación... No quiero encontrarme con nadie...
Llevé mis manos a mi cabeza.
-Ademas creo que ya me empieza la jaqueca...

-Gracias...
La miré con atención mientras nos poníamos de pie y nos dirigíamos a su despacho.
-Oye... ¿No tendrás alguna otra botellita por ahí no? -dije con una pequeña sonrisa.