Aula de Música

Coloqué mi mano izquierda en mi pecho, cada vez me costaba más respirar. La empujé tirándola al suelo.
-Apártate, Zyann... -musité con un hilo de voz. Hacía mucho que no sudaba... Sin embargo, en ese momento, gotas de sudor recorrieron toda mi frente, estaba demasiado debilitada como para mantenerme en pie, las piernas comenzaron a temblarme. Jamás me había ocurrido algo parecido... Siempre me controlaba al ver sangre y me alimentaba cuando era necesario... Pero esta vez, estuve demasiado tiempo sin provar sangre alguna...

-Basta- susurre, acercandome a ella, -No digas tonterias- la tome del brazo... No aguantaria mucho sin beber, y... podria atacar a alguien mas, -Toma, bebe- le acerque mi muñeca

Negué con la cabeza.
-¿Quieres que te devore viva? ¿Quieres bailar con la muerte? -pregunté. Era un poco exagerada, pero tenía una parte de razón. Mi piel se volvía más pálida de lo constumbre. De pronto, caí al suelo y noté el frío de las baldosas en mi cuerpo. Me quedé inconsciente, inmóvil.

-Pero que testaruda!- gruñi, -Como si a mi me fueras a dañar- sonrei ironica, -Bebe- me hice un corte en la muñeca y la acerque a sus labios

Cuando mis labios saborearon aquel exquisito sabor, mis ojos tardaron en reaccionar unos cinco minutos hasta que finalmente se abrieron con dificultad... Ahora sí que estaba sedienta... Miré a Zainhé y a Edward, que estaban agachados mirándome sin apartar sus ojos de los míos. Dios mio... Me sentía ridícula.

-Adelante Lydia, bebe- susurre, -Tranquila, no me pasara nada- sonrei ligeramente, -No soy tan fragil como aparento- rei levemente, -Anda, no seas niña-

Moví mis manos con mucha lentitud y cogí su muñeca para hacercarla lentamente a mis labios. Algo dudativa la miré a los ojos.
-Vamos, Lydia... No seas enana -dijo Edward con una pequeña sonrisa. Fue entonces cuando comencé a saborear más de aquel manjar... Notaba como si fuera el medicamento que curara mi dolor de cabeza...

Senti los colmillos de Lydia hundirse en mi piel
-Toma lo que necesites Lydia...- susurre, era un dolor muy sutil, pero placentero

Cuanto más bebía de ella, más ganas tenía para beber más de su sangre. Aparté rápidamente mis labios de su muñeca y me giré para darles la espalda, cerré los ojos y respiré hondo.

Me deje caer en el suelo, estaba debil, Lydia habia tomado bastante sangre
-Si que tenias sed- bromee, mucho mas palida de los normal, -¿Estas bien?-

Seguía dándole la espalda... Asentí aún algo débil, supongo que necesitaba algo de tiempo para coger fuerzas. Edward me ayudó a ponerme de pie.
-No fastidies que ahora tengo que controlar tus horarios de caza... -dijo Edward burlón. Después de sentarme en el taburete y apoyar mi espalda contra la fría pared, Edward ayudó a Zyann a levantarse y la sentó también a mi lado.

-Gracias Edward- murmure, sentandome a lado de Lydia, -Es lo bueno de ser una demonio inmortal- sonrei, -Tengo una reserva ilimitada de sangre-

-Eso no quiere decir que no te canses por ofrecerte a ser mi aperitivo... -dije sonriente... Dejando mostrar mis colmillos. Limpié el resto de la sangre que tenía en mis labios con mis dedos, para después chuparlos y saborear más aquel exquisito sabor.

-Cuando quieras, lo sere- sonrei, -No tengo problema- apoye mi cabeza en la fria pared, -¿Tu como estas Edward?- murmure, al verlo tan callado
-Estoy bien, gracias- murmuro, alejandose ligeramente de mi muñeca, que, aunque ya habia cicatrizado, aun tenia pequeñas gotas de sangre

-Zyann... Lo siento mucho... -dije mirando al techo algo avergonzada y arrepentida...

-Tranquila Lydia- sonrei, -No pasa nada- la mire de reojo, -Prefiero que sea mi sangre la que bebas, a que ataques a otra persona- sonrei

Edward me dedicó una mirada de preocupación. Cerré los ojos con fuerza y volví a respirar el fresco aire que entraba por la ventana. De pronto me fijé en la presencia de Cath.
-Hola... Cath...

Abri los ojos
-¿Cath?- susurre, -¿Que sucede?- pregunte, al verla ahi, con cara de martes 13

-Mejor... -dije algo más tranquila, dedicándole una mirada a Zyann.

-Bien- sonrei, intentando ponerme de pie, -Bueno, un poco cansada- sonrei, agarrandome del borde del piano, -Nada diferente- rei ligeramente

A diferencia a Zyann, yo no me atrevía ni a ponerme en pie... Noté los nervios de Cath en mi interior. Odiaba cambiar los sentimientos de los demás, pero abrí mi mano con algo de fuerza y hice que se calmara... Después con disimulo miré a otra parte.